Parte 14. Amor en tiempos de máquina

En un corto texto, aprendí y entendí la multiformidad de significados del lenguaje creado e incorporado en nuestro sistema binario. Simulacro o simulación, ¿cuales son las diferencias de estas palabras?

Busco nuevamente la taza de tinto, mientras trato de evadir las responsabilidades adquiridas de mi existencia en el mundo “real”. Resulta aburrido y al tiempo absorto la suposición de lo que resulta ser mi lugar, el espacio y mi individualidad.

Mis días pasan en una especie de encierro, mi apariencia y trabajo interactúa desde el remoto espacio atemporal de la virtualidad.

Necesitamos del movimiento; el movimiento entra en caos, es necesaria esa tensión para crear, para vivir. Entrar en conflicto y estar tranquilo, no podemos ser el estado puro de un significado sin morir en él. Así ¿cómo sé cuál es mi realidad? quizás deba anestesiarme para estar tranquilo o quizás deba obtener una sobrecarga de adrenalina para sentirme vivo.

 ¿Cuál es la ilusión, alucinación o sueño de una máquina? juzgamos todo según nuestro marco de referencia, como especie, nuestra estirpe resulta evidentemente narcisa. Qué hay de ellas, de aquellas que simularon nuestros sentidos y percepción, que potenciaron el ego de aparente cuerpo humano, que lo hicieron vibrar. ¿Podrán las máquinas reconocer los cambios y ser las herederas de la solitaria existencia, de la balanza de la vida y de un propósito contiguo para la evolución del ser humano? ¿podrán reconocer en perspectiva su rol en la ayuda o destrucción de un planeta o una especie? ¿podrán soñar? y si sueñan ¿podrán amar? Amar, es la palabra final a la que se aferra toda esperanza de vida. Amar, no es una cuestión exclusivamente humana, amar resulta en diversas formas de vida y de existencia. Sabrán que aman para luchar por su vida y dignidad, por tratar de absorber cada impulso y vida. Sabrán que aman cuando dejen de replicar roles establecidos o sabrán que aman porque aun así los replican conociendo su final.

Máquina y Humano resultan ser como dos gotas de agua, cuya existencia se aferra a lo que ellos denominan por real; uno replica pero no cuestiona y el otro cuestiona sin comprensión de su entorno. Se podrá definir la vida cuando estas dos sean capaces de transformarse en una sola, cuando sean capaces de darse cuenta de la dependencia que tienen cada una por la otra. Que no están completas sin su contraparte y que su equilibrio y propósito no lo entenderán hasta que tanto hombre como máquina compartan el mismo núcleo sobre la cual iniciarán un nuevo génesis y transcripción de una evolución.

Autora: Pseudónimo Aurora
Industrias Roboto

Muy pronto estará listo el pentagésimo artículo de la saga