En un mundo alterno, la moda y la tecnología han llevado a un cambio drástico en la forma en que las personas ven su apariencia. Ahora, en lugar de aceptar la forma natural de sus rostros, la mayoría de las personas optan por someterse a cirugías plásticas extremas para dar forma a sus caras como un cuadrado. Se cree que esto les da una apariencia más fuerte más dominante y más adecuada para la vida en una nueva sociedad construida por una nueva jerarquía virtual, en donde la apariencia cuadrada significa la perfección y equidad en la armonía social y el canon de belleza. Un cuadrado perfecto.
La tecnología ha dado lugar a una nueva forma de opresión y discriminación. Aquellos que no se ajustan a las normas estéticas impuestas por la sociedad están condenados al fracaso, mientras que aquellos que están dispuestos a someterse a cualquier cosa para tener éxito pueden encontrar la fama y la fortuna. Aquellos que eligen mantener sus rostros naturales son marginados y discriminados. Se les ve como débiles, tímidos y poco ambiciosos que tienen pocas oportunidades en la vida.
Todo inició con los retos que empezaron a imponer y circular unos bots, programados de manera anónima, en plataformas como Tiktok, los cuales consistían en hacer la transformación más realista de un rostro cuadrado sin hacer uso de filtros. El primer caso, fue un joven artista de 17 años quién se le ocurrió, sin perjuicio alguno que a partir de cirugías y prótesis cambiaria su rostro por completo. Como era de esperarse, la noticia fue viral y el joven empezó a ser reconocido como icono de una tendencia que afectaría el arte, la moda y la tecnología. Mientras, en la sociedad los debates y discusiones entorno al cuerpo, la taxonomía de estos y la libertad, continuaba. La élite de la moda empezó un novedoso discurso que replicarían famosos; actrices, actores, cantantes, influenciadores, etc. Transformarían su rostro a cambio de la participación en una lista exclusiva la cual cambiaria la vida de la persona con fama y riqueza. Hacías parte de unos pocos con la “valentía” y dinero suficiente para pagar las costosas cirugías. Siendo fácil de cosificar y comercializar, fomentando la necesidad impuesta del consumismo. Sin darse cuenta, las personas iban modificando su estatus, personalidad y creencias en la perfección del cuadrado. Pronto el mercado creció para las industrias que se acoplaban a las nuevas estéticas cuadráticas. Tomó tan solo 10 años para la completa asimilación de la perfección del rostro cuadrado. La exponente máxima de la transmutación corpórea humana.
Justificado el derecho de libertad de expresión y decisión del cuerpo, los gobiernos chocaron sus ideologías y se propuso un cambio de gobernanza hacia una virtual en la que, ingenuamente, todo seria democratizado y descentralizado.
Terminó centralizando todas las decisiones un sistema con inteligencia artificial. El cual de manera analítica y dada la cantidad de información en variables impredecibles, concibió una imposición de la imagen de la sociedad; la manera en la que debía verse y actuar. La ambición y narcisismo de las primeras élites firmo el pacto a cambio de mayores privilegios como tener mayor participación y poder en las decisiones unánimes. Sin que afectara su idea altruista de ayudar a los más “ignorantes o pobres” que no podían costear las cirugías para sí mismos y tener una vida mejor con las normas y cánones dictaminados. Sin embargo, la noción de la libertad del cuerpo resulto construyendo grupos divergentes cuya pregunta fundamental a quienes resisten la moda obligada y cuestionan la imposición de los cuerpos, es ¿por qué no encajar?
Autora: Monica Herrera
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